jueves, 28 de abril de 2011

El Prícipe de Persia

En Persia estaba gobernada por dos hermanos. Uno de ellos tuvo dos hijos, sin embargo los dioses no consideraron que la familia estuviera completa.
Un día en el mercado, dos niños huérfanos robaban comida para sobrevivir, pero a uno de ellos le pilló el jefe de policía. Su amigo, el otro huérfano, apareció y pegó un grito para salvar su amigo, a eso que el rey estaba delante de todo aquello. El rey no permitió que matara al huérfano por lo que todos se distrajeron mientras los niños huían. Se marcharon los dos, y al que le cogieron antes, se escondió tras un muro mientras el otro se burlaba de la policía. Empezó la persecución, cuando ya lo cogieron, estaba delante del rey y el rey no quiso hacerle daño al huérfano. Quedó asombrado por la valentía y el coraje de aquel niño tan pequeño, le preguntó cómo se llamaba, Dastan, y su paradero, al ver que era huérfano, lo acogió en la familia. Entonces la familia real ya estaba formada.

Dastan, creció y se crió con sus otros dos hermanos. Ya mayores decidieron atacar una ciudad supuestamente sagrada, que su padre, el rey, les había prohibido tocarla. El mayor de sus hijos quiso atacar al amanecer, pero Dastan, más listo, atacó mucho antes. Una vez conseguido entrar en la ciudad sagrada, gobernada por una dama muy hermosa, empezó la guerra. Dastan peleó con un hombre que tenía una daga muy bonita que contenía aren. Después de aquello, Persia salió victoriosa, haciendo obligar a la princesa que se casara con el mayor. Al regresar a palacio, celebraron la victoria con un banquete. El rey, por una parte estaba orgulloso de su hijo Dastan, pero no tendría que haber atacado aquella ciudad.

Antes de la ceremonia, su hermano mayor dio a Dastan una capa del oriente medio para que se la regalara a su padre y le dijo que le dijera a su padre si consideraba bien que él se casara con la dama. Ya una vez en la ceremonia, le presentó a la princesa, y le entregó la capa. El rey no consideró que se casara con su hijo mayor, pero si con el menor, Dastan. Al momento, la capa empezó a arder y a quemar al rey, todos intentaban ayudarle pero quemaba demasiado y le tenía atrapado. Dastan, llorando, no pudo hacer nada como los demás, y el rey murió. Todos pensaban que el culpable de aquel fallecimiento del rey era Dastan. Él y la princesa corrieron saltando desde el balcón a una fuente para huir. Cogieron un caballo y se marcharon de Persia. Cuando llegó la noche, encendieron un fuego. La mujer intentó matarle por haber atacado su ciudad, pero el príncipe sacó la daga y se defendió. La princesa sorprendida por ver la daga en sus manos, le atacó con más rabia. Cuando estaba a punto de matarle, él, apretó un botón que tenía la daga en el mango. Salieron arenas, y retrocedió en el tiempo hasta antes de que quisiera matarle. Lo hizo así sucesivamente, hasta que se dio cuenta de que apretando ese botón, retrocedía en el tiempo, y solo el portavoz de la daga lo recordaba. Gastó las arenas, y al amanecer partieron los dos por el desierto mientras que en el reino, el nuevo rey duplicó la recompensa por atrapar a su hermano, el asesino del rey.

Entraron en territorios temibles que nadie se atrevía a entrar. El administrador les cogió, pero al hablar con él, no era un lugar peligroso, sino que él se había inventado leyendas sobre aquel sitio para que nadie les molestara. Entretanto, la princesa y Dastan peleaban por la posesión de la daga. El administrador quería entregar a Dastan al imperio Persa para obtener la recompensa, pero ellos dos, huyeron de nuevo.

Tras varios días juntos hablaron sobre la daga, el pasado y todo lo que ocurrió en Persia. La dama, le contó el secreto de la daga. Los dioses se habían enfadado con los humanos, e iban a destruir el mundo. Pero una niña habló con ellos y entregó su vida a cambio de una daga. En el interior de un templo en un valle había un enorme reloj de arena que si colocaba la daga, girabas y presionabas el botón al mismo tiempo, desataba la furia de los dioses haciendo destruir el mundo.

Descubrieron el plan de su tío, el por qué quiso atacar la ciudad. Conocía el secreto de la daga y quería retroceder en el tiempo. De pequeños, los dos hermanos fueron de caza y el rey se encontró con un león a sus espaldas, pero antes de que le hubiera hecho pedazos, su hermano lo mató, así que después, el rey gobernó durante el resto de su vida. Ahora el tío del príncipe, quería volver al pasado y deshacer lo que hizo, no matar al león para así gobernar él.

La dama y el príncipe marcharon a aquel templo custodiado por un pueblo para que la princesa entregara su vida a los dioses y se acabara todos los problemas. Dastan no quiso que lo hiciera, pero ella insistió. Cuando llegaron al valle, se encontraron todo el pueblo muerto por el ataque de los persas. Aun estaban allí por lo que intentaron atrapar a Dastan, pero no lo consiguieron. Él y la princesa fueron al reino sin ser descubiertos y así Dastan contaría a su hermano toda la trama de su tío, pero después de saberlo, entró su tío, tragó un poco de vino, que estaba envenenado y murió. El tío y él corrían uno tras otro. Cuando llegaron al templo, su tío se había quedado atrás con la daga y la princesa y Dastan entraron. Llegaron hasta el reloj de arena, suponían que el tío estaría allí para despertar la furia de los dioses, y así fue. Se encontraron los tres y cuando el tío clavó la daga presionando el botón y girándolo, el reloj se rajó. El templo estaba derrumbándose y la princesa se sujetaba a una roca para no caer al vació mientras que el príncipe y su tío peleaban. Luego se encontraba el príncipe al borde del vacío sujetado con una mano y a la princesa con la otra. Ella se quiso tirar para entregar su vida a los dioses pero al caer al vacío, todo retrocedió.

La princesa se encontraba sana y salva al igual que el rey y su hijo mayor. Estaban en la victoria de la guerra con la cuidad sagrada, ya habían llegado a palacio antes de celebrar la ceremonia. Nadie recodaba absolutamente nada, pero Dastan fue el único que lo supo todo. Antes de la celebración, explicó en público la trama de su tío. Todos estaban muy confundidos, pero continuaron para ir al banquete. Antes de entrar, su tío ataco a Dastan, pero murió en el intento, entonces todos le creyeron. La daga regresó con la princesa, y todo volvió a la normalidad, excepto que su tío había muerto.

El rey gobernó muchos años más, y sus hijos gobernaron igual de bien o mejor. La ciudad sagrada no volvieron a tocarla y todos convivieron en plena armonía.

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