¿Quién iba a pensar que despues de una mañana depresiba llena de lluvia, iba a ser una maravillosa tarde de domingo? Tal y como podeis observar, no me gustan para nada los días lluviosos, sin embargo, es como si los rayos luminosos del sol me dieran vida. Amaneció el día un tanto apagado, triste, luego fue como si llorara las nubes, aunque el nacimiento del sol alegró el resto del día.
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